lunes, 6 de junio de 2011

Mi mar...

Siempre me atrajo el mar.
Quizá porque es todo lo que soy y no soy a la vez,
quizá por lo antiguo y majestuoso que aun se ve
o tan solo por que ha logrado encontrar en mi la fuerza de su oleaje.

Su inmensidad me recuerda a la vida misma.
Sus olas perfectas traen a mi recuerdos de momentos memorables que no solo desee sino que me permití buscar en playas inesperadas.
Sus aguas tranquilas me hacen sentir que la vida no es siempre agitada y no siempre tienes que luchar para vivir.
Su oleaje continuo me indica que la vida siempre continua y que es uno quien decide quedarse a esperar la ola perfecta o ir preparándote para ella y disfrutar.

El mar siempre me ha sorprendido.
Pese a que es sabio por los años ya vividos
es humilde ante el majestuoso sol,
complaciente con la bella luna
y generoso cuando hay amor.

Aunque en ocasiones es severo
y devastador cuando pierde el control,
y me asusta y me da miedo,
siempre termino en el...
pues la mayor parte del tiempo a pesar de que me desespero,
siempre termina diciendome:
"Alista tus velas, el camino tan solo se inicia aquí"...